Los homenajes que desaparecen

Cada año por el vandalismo se destruyen placas conmemorativas, contenedores o estatuas en la Ciudad de Buenos Aires. La dificultad en identificar a los autores de los hechos hace que la mayoría de los causas no prosperen.


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Los homenajes que desaparecen (Click en la foto)
14/7/15

Cada año los porteños son testigos de nuevos actos de vandalismo en la ciudad. Durante 2014 el Ministerio Público Fiscal registró 480 denuncias por daños a bienes públicos, nueve más que en 2013 y 80 más que en 2012. En tanto, en el primer trimestre de 2015, los datos preliminares que tiene la Fiscalía indican que hubo 61 denuncias ingresadas: en enero fueron 24, en febrero 31 y en marzo hubo 6 denuncias. Debido a la tendencia de los últimos años, se estima que este año haya un mayor número de casos que en 2014.

"El vandalismo sobre algunas cosas va variando de acuerdo a los valores de mercado. Cuando el bronce está en un mayor precio, los robos con este tipo de material son más. El desprecio y poco cuidado del espacio público ha sido una constante en los últimos años", enfatizo a La Prensa Rodrigo Silvosa, subsecretario de Mantenimiento de Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires.

Varios actos vandálicos en monumentos y obras llamaron la atención de la opinión pública en los últimos meses. Tal fue el caso del robo de la raqueta de bronce de la estatua de la tenista Gabriela Sabatini, en Costanera Sur; los anteojos de la obra que retrataba al cantante Luis Alberto Spinetta, en el barrio de Villa Urquiza; las figuras de Alberto Olmedo y Javier Portales, en la Avenida Corrientes; y las estatuas de Messi, Batistuta y Maradona, en Recoleta. Además, a Tato Bores le robaron el habano y hasta la estatua de Don Fulgencio, en el Paseo de la Historieta, sufrió destrozos.

Las áreas verdes porteñas tampoco pudieron evitar ser epicentros de actos de vandalismo. En abril de este año, en el parque del Rosedal se robaron los bustos del poeta cubano José Martí y del humorista y escritor Scholem Aleijem, que se encontraban emplazados en "el Paseo de los Poetas", junto a otras cuatro placas conmemorativas. Según el gobierno porteño, reponer sólo estos bustos tendría un costo aproximado de 170.000 pesos.

Las alcantarillas y contenedores de basura también son robados y muchas veces los autores no temen extraerlos a plena luz del día. En tanto, el cambio de luminarias en la ciudad ha avanzado rápidamente y, simultáneamente, su hurto. En el primer semestre de este año el Ministerio de Ambiente y Espacio Público denunció más de 500 focos robados.

Un símbolo inconfundible de la Ciudad de Buenos Aires es su famoso obelisco. Pese a su valor cultural, este monumento es uno de los preferidos para vandalizar y cada mes sufre algún destrozo en su fisonomía.

"El obelisco tiene una pintura especial y costosa que nos permite pintarlo rápido luego de que lo hayan grafitado. El dinero que se pone en arreglarlo continuamente lo dejás de colocar en otras áreas como un espacio verde o construir más bicisenda, es decir, en los múltiples usos que tiene la inversión pública. Si no hubiera vandalismo, no habría que invertir dinero en reconstruir varias veces un mismo objeto", se quejó el funcionario porteño.

Actualmente, la reparación de los bienes vandalizados se realiza en el Departamento de Monumentos y Obras de Arte de la Ciudad de Buenos Aires (MOA)."Son especialistas que en vez de cuidar el patrimonio tienen que reconstruir lo dañado", se lamentó Silvosa

Por otra parte, el gobierno porteño gasta hasta siete millones de pesos por mes, casi 84 millones de pesos al año, para reparar los daños ocasionados por vándalos en cartelería urbana, monumentos y frentes de edificios públicos, entre otros.

CASTIGO

Aunque cada año surgen nuevas denuncias, la dificultad en identificar a los autores de los hechos hace que la mayoría de las causas no prosperen. Y es que muchas veces los ataques se producen durante la noche y sin ningún testigo cerca.

Actualmente hay dos artículos con los que se trabaja sobre los daños a la propiedad pública y privada. Uno es el artículo 80 del Código Contravencional, que determina que se castigue al infractor con 1 a 15 días de trabajo de utilidad pública o multas de 200 a 3.000 pesos. Ahí están incluidos los daños agravados en bienes o lugares públicos (parques, transportes, museos, escuelas, monumentos, estatuas, entre otros). El otro es el 184, inciso 5, del Código Penal en el que se configura como delito y se puede condenar hasta con cuatro años de prisión.

La mayoría de las causas en que se logra detener a los autores del delito, y que no cuentan con antecedentes, termina aplicando la figura de la Composición, que existe sólo en materia contravencional pero no en materia penal. Mediante esta alternativa, el imputado se compromete a reparar el daño causado.

Tal fue el caso de un grafitero que se encontraba subido al techo de un puesto de diarios ubicado en la calle Viamonte realizando pintadas con aerosol en la parte lateral del edificio Alas de la Fuerza Aérea. Al ser detenido por la policía y declararse arrepentido, el joven de 20 años acordó que pintaría la pared dañada y ahí terminaría la causa.

PREOCUPACION

Por otra parte, la modificación reciente del artículo 80 por la Legislatura de la Ciudad generó malestar entre los especialistas. En su segundo párrafo, la norma reformada hace referencia a los vagones de subte o trenes. La disposición respondía a los actos de vandalismo que se habían realizado sobre las nuevas formaciones obtenidas por el Gobierno de la ciudad.

"La modificación que hizo la Legislatura de la Ciudad sobre el artículo 80 del Código Contravencional para mí es un error porque está claro que los vagones son bienes públicos y que están incluidos dentro de las previsiones del artículo 184, inciso 5, que tiene una pena de hasta cuatro años de prisión. Con esta variación se podría llegar a que en algún momento, en vez de aplicarse las previsiones del 184, las defensas de los imputados argumenten que su conducta está comprendida en lo que determina el artículo 80, que tiene una pena sustancialmente menor porque se pasa de cuatro años a entre uno y 30 días", destacó a La Prensa el Fiscal Carlos Rolero de la Fiscalía Sur, que abarca los barrios comprendidos en la Comuna 1.






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